Década ganada

Para distinguir ese período de la década perdida que se dice sufrió Latinoamérica en los 1980’s, el presidente Correa habla de la “década ganada”

La incidencia de la economía en la política puede ser injusta. La popularidad de los gobernantes se ve afectada por eventos económicos adversos, aún cuando éstos no se deban a sus actuaciones. Como ocurrieron durante sus mandatos, la opinión pública les considera responsables por ellos.

En nuestra América Latina pocos presidentes pueden citar logros tan significativos como los de Ecuador desde el 2007. Para distinguir ese período de la década perdida que se dice sufrió Latinoamérica en los 1980’s, el presidente Correa habla de la “década ganada” por Ecuador durante sus ejercicios gubernativos. Menciona los 1.9 millones de personas que salieron de la pobreza y el crecimiento promedio del 3.9% del PIB, pero pone su mayor énfasis en las inversiones que se han llevado a cabo en energía, ayudas escolares, irrigación, carreteras y otras realizaciones.

Pero sombras oscurecen el final de esa década. Lo que Correa califica como una tormenta perfecta se ha abatido sobre el país, compuesta por la caída en el precio del petróleo, disminución de las recaudaciones de impuestos, menores entradas de divisas, un costoso fallo judicial a favor de una petrolera extranjera, y el efecto de la apreciación del dólar sobre el costo de la deuda pública y la competitividad del país, todo eso culminado como si fuera poco por el devastador terremoto del 16 de abril. En apenas seis meses, 9,200 millones de dólares dejaron de entrar a la economía ecuatoriana.

Aunque afín al régimen venezolano, Correa ha aplicado políticas económicas diferentes. Ha mantenido el dólar como moneda circulante, evitado el descalabro del aparato productivo y recabado el apoyo del sector privado. La tormenta, sin embargo, le ha obligado a aumentar impuestos, eliminar seis agencias gubernamentales, suprimir doce viceministerios, y anunciar la venta de varias empresas estatales. Y la aprobación de su gestión ha descendido desde el 73% al 48%.