Dejadas sin pagar

En su inmensa mayoría las personas que viajan a otros países como turistas no esperan contraer ninguna enfermedad. Lo que persiguen y anticipan es divertirse, pasarla bien, conocer otros lugares y disfrutar de las facilidades que les son ofrecidas. A veces, sin embargo, ocurre lo inesperado, se enferman y requieren atención médica. Si cuentan con un seguro médico válido en el extranjero, los gastos los paga el asegurador, pero si no lo tienen surge el tema de cómo se hará el pago, usualmente cargándolo a alguna tarjeta de crédito.

El asunto se complica en ausencia de una forma aceptable de pago, sobre todo si la dolencia requiere de tratamiento u hospitalización en una clínica. Rehusarse a atender a la persona en esos casos, aparte de ser éticamente cuestionable, puede ser perjudicial para la imagen del país, del operador turístico o del establecimiento hotelero donde estaba alojado.

Ese problema está siendo evaluado ahora en Japón. Según datos oficiales, una tercera parte de los turistas que visitan Japón carecen de un seguro médico válido. El año pasado el número total de visitantes extranjeros fue de 24 millones, de los que unos ocho no tenían cobertura. Y la cifra va en aumento, pues seis años atrás, en el 2010, el total de visitantes fue de sólo 8.6 millones.

El objetivo del gobierno es que llegue a 20 millones en el 2020, en ocasión de los juegos olímpicos, y a 60 millones para el 2030.

Una encuesta entre siete mil hospitales japoneses reveló que en el 2016 más de una cuarta parte de ellos reportaron facturas por servicios a turistas dejadas de pagar. El monto promedio por hospital de cuentas no cobradas, incluidos turistas y residentes, fue cercano al equivalente de medio millón de dólares, con una tasa de crecimiento del 15.7%.

Como forma de solución se discute con las aseguradoras mecanismos para ofrecer pólizas que los turistas sin cobertura puedan adquirir luego de su arribo a Japón.