?Preparación y actuación

Las personas saludables suelen ser más resistentes a las enfermedades. Se pueden enfermar, evidentemente, pero la magnitud y las consecuencias de los trastornos serán por lo general más moderadas, y el tiempo requerido para la recuperación será más breve.

Algo parecido, trasladado a otra esfera, ha estado sucediendo con la pandemia y sus efectos sobre las economías de las naciones. El porcentaje de contagios ha variado sustancialmente de uno a otro país, lo que hace que los que han sufrido una incidencia más elevada hayan sido más perjudicados. Y, como es lógico, los países ricos han tenido más recursos a su alcance que los pobres para enfrentar esos perjuicios. Pero en condiciones similares de severidad de propagación del virus y nivel de ingreso personal medio, las economías que habían mostrado un mayor ritmo de crecimiento anterior al 2020, estuvieron mejor preparadas para aplicar medidas defensivas.

No todos los países sin embargo, reaccionaron de igual forma. Algunos procedieron con mayor cautela o lentitud que otros, lo que implica que los resultados no fueron uniformes aun entre economías con preparación similar para responder. Fue necesaria, por lo tanto, una combinación de preparación y actuación para marcar la diferencia y colocarse por encima del promedio en cada categoría.

En su nota de prensa acerca de las conclusiones preliminares de su más reciente misión técnica a nuestro país, el FMI señala que el dinamismo de la economía dominicana durante los últimos diez años le permitió acceder a fondos en los mercados financieros globales, preparándola para responder a la pandemia. Citan en ese sentido el crecimiento del PIB, la estabilidad macroeconómica, una posición externa sólida y la mejora en los indicadores sociales. Y añaden que la actuación fue decisiva e incluyó transferencias a hogares, alivio tributario, gastos en salud y medidas monetarias expansivas, colocando a la economía en ruta a la recuperación en el presente año.