Sinónimo de debilidad

La presencia de un déficit comercial suele ser considerada como una señal inequívoca de debilidad económica. Se le ve como un resultado de un exceso de gastos, igual que cuando una persona consume más de lo que su ingreso le permite. La consecuencia inevitable parece ser un aumento de la deuda externa del país en cuestión, lo cual compromete su futuro y lo hace depender de acreedores extranjeros.

En los asuntos económicos, sin embargo, las cosas no siempre son como en apariencia lucen ser. Puede ocurrir que ese déficit comercial sea compensado por ingresos provenientes del turismo o las remesas, haciendo innecesaria la contratación de préstamos. Y aun si esos ingresos fueran insuficientes, los recursos requeridos para cerrar el excedente de lo que se importa sobre lo exportado pueden llegar vía inversiones extranjeras directas que expandan la producción nacional de bienes y servicios. Y si el país que tiene el déficit es uno de esos que son muy solventes y poseen monedas aceptadas internacionalmente, es posible que pueda compensar su déficit con las compras que de sus títulos financieros hagan los extranjeros superavitarios.

Los tambores de guerra comercial entre las dos economías más grandes del planeta están sonando, y eso se debe al déficit que una de ellas tiene con la otra. No ha valido que ese déficit de los EE.UU. esté siendo financiado por las inversiones financieras de los chinos en títulos estadounidenses. La visión del déficit como sinónimo de debilidad económica ha prevalecido sobre cualquier otra consideración, y de ahí hubo que dar solo un paso para llegar a la conclusión de que se trata de un caso de flagrante explotación, en la que el país deficitario está siendo económicamente asfixiado, su aparato productivo diezmado y sus ciudadanos empobrecidos. El poder de persuasión de los argumentos económicos decae significativamente cuando el debate cae al plano emocional y político.

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