La fórmula de la belleza

Los defectos provocan en muchas personas inseguridad, falta de confianza o baja autoestima. Sentimientos que, en ocasiones, impiden desarrollar una vida social con normalidad, pero que se pueden combatir desde varias vías...

Rechazar, ocultar o camuflar partes de el cuerpo, ya sea por la educación recibida o por los modelos impuestos por la sociedad, no es la solución. Para ser bella por fuera, el primer paso es sentirse así por dentro. ¿Cómo hacerlo? hay que plantar cara a los defectos y combatirlos.

LA BELLEZA TAMBIÉN SE ESCULPE

Hay defectos contra los que no se puede combatir sin ayuda externa, como las orejas puntiagudas o pechos pequeños. Problemas estéticos que acomplejan a algunas personas y para las que la cirugía estética tiene solución.

Según los datos publicados por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica (International Society of Aesthetic Plastic Surgery, ISAPS), entre las cirugías más solicitadas se encuentran el aumento de pecho, la rinoplastia o la otoplastia.

Tres procesos quirúrgicos que pueden mejorar la belleza física de una persona, pero que requieren ponerse en manos de profesionales bien cualificados para no obtener un resultado no deseado.

Asimismo, hay que comprender que cualquier operación estética, como otra cualquiera, conlleva algunos riegos médicos y, además, este tipo de cirugías puede conducir a otros problemas psicológicos como la dismorfofobia -el paciente proyecta una imagen distorsionada de su propio cuerpo-.

RECONCILIARSE CON UNO MISMO

En otros casos los complejos se pueden vencer sin ayuda externa, como la flacidez o pelo sin brillo. Aceptarlos y aprender a vivir con ellos es la mejor manera de llegar a superarlos.

Algunas famosas, como Alicia Keys, Beyoncé o Demi Lovato, comparten en sus redes sociales fotografías donde muestran sus estrías, celulitis o su cutis al natural, sin maquillaje. ¿El fin? mostrarse tal como son, con el propósito de romper los cánones establecidos de belleza.

El doctor Ramón Vila-Rovira señala en forma de “CEDRO” -un árbol que puede vivir más de cien años- los hábitos que pueden conducir a una mejor concepción de uno mismo.

Prestar atención a los “C”uidados personales de pelo, piel, ojos o boca, para no dar paso a una lenta decadencia física que induzca, a la larga, al desánimo o a una depresión.

Por lo que, si hay que intervenir para mejorar el aspecto de aquello que se ha deteriorado como bolsas de párpados, papada o la línea de la cintura, el experto en cirugía plástica y estética señala que la “C” también incluye la cirugía.

El “E”jercicio físico también es fundamental para prevenir la oxidación de las articulaciones, estar más sano y sentirse mejor con uno mismo. Algo que siempre debe ir ligado a una “D”ieta sana y, si es posible, ecológica para no ensuciarse por dentro con toxinas.

Por último, para que el árbol este compuesto por una “mens sana in corpore sano” la “R”elajación, para dejar de lado las preocupaciones, y el “O”ptimismo para valorar lo bueno y disfrutar de todo lo que nos rodea, son fundamentales.

LA QUÍMICA DEL CUERPO FELIZ

Sentirse bien por dentro es fundamental para hacerlo por fuera, guardar momentos para uno mismo o instalar un espacio interior propio, son estrategias que pueden ayudar a reconciliarse con el “yo interior”, para posteriormente hacerlo con el “yo exterior”.

“Comer bien y disfrutar comiendo también es esencial para sentirse bien”, apunta la profesora de Nutrición y Ciencias de los Alimentos de la Universitat de Barcelona (España), María Izquierdo. “El cuerpo es sabio, sabe lo que le gusta y lo que no, y pedirá lo que necesita en todo momento, por lo que hay que escucharlo”, índice la experta.

Para el doctor Ramón Vila-Rovira hay cuatro productos blancos no aconsejables: sal, harina, azúcar y leche, pues “su consumo sin moderación puede afectar a la salud”, indica, para añadir que “la fruta y la verdura es sumamente importante en la inversión de la salud. Su consumo es incluso beneficioso para el bienestar mental”.

“Para tener un cuerpo feliz hay algunos trucos que mantienen la química. Comenzar el día con música, reír, relajarse bebiendo una copa de vino, tener contacto físico -besos, caricias o abrazos- o amar, aunque sea a una mascota”, son algunos de los que apunta el psicólogo David Pearson.

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