Enjaulada, controlada y sin nada en común con su pareja

En las relaciones de parejas sanas debe existir la equidad: tú me das y yo te doy de igual manera.

Pregunta. No hay momento en el día en el que no sienta un nudo en la garganta. Mi esposo es 14 años mayor que yo (menciono la parte de la edad porque quizás influya, aunque para mí nunca ha sido un problema). El punto es que a él no le gusta salir a bailar, a tomar unos tragos o con amigos, pero tampoco puedo hacerlo yo, pues él dice que si quiero andar sola en la calle que me divorcie. Salimos cuando sus hijas (de otro matrimonio) nos visitan. Tenemos una bebé en común de dos años. Siento que nunca fuimos un matrimonio de dos aunque sea por unos días, siempre hemos sido un grupo de personas. Me siento como un pajarito enjaulado y siempre estoy de mal humor. He llegado al punto de no soportar casi a sus hijas. La situación es larga de explicar. Estoy pensando en el divorcio pero me da pena dejarlo solo, prácticamente no tiene familia y sus hijas que ya están grandes (aunque las mantiene como si fueran bebés) tampoco se ocupan de su padre. ¿Estoy realmente equivocada? ¿Tengo motivos para sentirme así o será que estoy buscando excusas para terminar la relación?

Respuesta. Uno de los factores que debemos tomar en cuenta para saber si una relación es nutridora, es lo que me hace sentir la dinámica de pareja. Tú has dicho que te sientes enjaulada, controlada y sin nada en común con tu pareja y para rematar te da pena dejarlo porque estaría muy solo. Yo te pregunto, ¿qué hacemos con lo que tú sientes, con tu vivir? ¿Te conformas con ver cómo te consumes mientras pasan los años? En las relaciones de parejas sanas debe existir la equidad: tú me das y yo te doy de igual manera. No se trata de que uno deje de ser feliz y se olvide de sí mismo para complacer al otro pues en la posición en la que estás terminarás desgastada y lo que es peor, con las manos vacías, esperando que te agradezcan tanto sacrificio que además nadie te pidió. Es momento de que también pienses en ti, que realices cosas que te permitan cultivar tu amor propio. Una mujer con sana autoestima entiende que su felicidad empieza con ella misma y que la pareja está para acompañarla en ese camino sano y de bienestar que ya ella de manera individual ha emprendido. También por lo que describes, definitivamente ustedes no saben negociar, por lo que te recomiendo buscar ayuda de un terapeuta de pareja.

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Psicóloga, terapeuta sexual, familiar y de pareja, PHD en Sexualidad. Directora del Centro Vida y Familia Ana Simó.