Fui abusada por mi hermana y aún no soy capaz de nada, lo único que quiero es morirme El trauma de la niñez la persigue

Pregunta: Hola Dra. Simó, mi problema es que desde que tenía 4 años hasta los 10 u 11, fui abusada por mi propia hermana mayor que me cuidaba. Me violaba, me golpeaba, me maltrataba psicológicamente y yo le tenía mucho miedo ya que me amenazaba, entonces ahora tengo 31 años y no he conseguido nada en mi vida, ni siquiera hijos tengo, no soy capaz de mantener un empleo porque siempre que algo se pone difícil salgo huyendo, tengo miedo a la vida, a salir, le tengo miedo a la gente, no tengo amigos, siento que sigo siendo esa niña que tiene miedo a hablar, a decir lo que siente, a defenderse, a vivir. Tengo miedo doctora, no salgo de mi casa, siento que sobro en todas partes y que no soy capaz de nada y lo único que quiero es morirme. Ayúdeme doctora.

Respuesta: Ante todo, quiero felicitarte por haber tenido el valor de escribirme y contarme tu experiencia. No me puedo imaginar lo difícil que fue para ti tener que revivirla a medida que escribías lo que aún te lacera el alma.

Lo que hoy estás viviendo y sintiendo es producto del abuso que sufriste por tanto tiempo. De niños no somos capaces de reconocer ni detener la maldad o el ultraje que el otro utiliza para su beneficio; y menos de una persona tan cercana de la que se espera cuidado y cariño.

Para un infante, vivir este tipo de situaciones se traduce eventualmente en la deformación de sus creencias en cuanto a las formas de amar y en la dificultad para relacionarse o confiar en los demás. El silencio, el miedo, la vergüenza, la incredulidad de terceros lo paraliza y transforma en una persona callada, cerrada, que guarda con recelo el motivo que lo llevó a ser así.

Te recomiendo, y de manera indispensable, que busques ayuda profesional. La psicoterapia con especialidad en abuso sexual te va a ayudar a encontrar respuestas, a que entiendas que lo que viviste de pequeña no debe marcar lo que vives en tu etapa adulta. Te va a proporcionar nuevas estrategias para que madures emocionalmente y encuentres un propósito fuerte que guíe tu vida sin vergüenza y sin marcas.

Ese es el primer paso para lograr darle orden a tus sentimientos y superar los miedos que te invaden para que puedas comenzar a vivir plenamente.

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