Coachella: sin selfis y “foodies” no hay paraíso

Un festival perfecto para la era de los selfis y en el que la música solo es una excusa para disfrutar de gastronomía de lujo y otros placeres VIP no aptos para todos los bolsillos

Si existiera un paraíso para los hípsters probablemente se parecería a Coachella, un festival perfecto para la era de los selfis y en el que la música solo es una excusa para disfrutar de gastronomía de lujo y otros placeres VIP no aptos para todos los bolsillos.

Artistas como Childish Gambino, Janelle Monáe o Rosalía descorcharon el viernes un evento que se celebra en el desierto californiano en dos fines de semana de abril consecutivos (del 12 al 14 y del 19 al 21) y cuyo programa incluye a otras figuras como Ariana Grande, Tame Impala, J Balvin o Bad Bunny.

Pero aunque este festival es algo así como un oráculo para determinar que música está de moda, el festival va más allá de los conciertos para ofrecer lo que muchos asistentes denominan “la experiencia” de Coachella.

La oferta gastronómica es uno de los grandes reclamos de un evento en el que no es nada raro ver a muchísima gente comiendo y pasando el rato mientras en los siete escenarios la música no descansa.

Los “foodies” (comidistas) pueden optar este año por pupusas, arroz coreano, sandwiches japoneses, ramen, helados veganos, tacos, paella y kombucha, por mencionar solo ejemplos de la zona general.

Así, Google presentó una colaboración de Pixel 3 con Childish Gambino, Heineken ha montado un pequeño minifestival en el recinto con The Roots y De La Soul como estrellas, y Amazon y Postmates permiten encargar productos y recogerlos directamente dentro del festival.

Desde Ciudad de México viajaron Alejandro Flores, Pepe Rivas y José María Flores para celebrar en Coachella que este último se va a casar.

“Hemos estado aquí un par de horas y llevamos pasándola en grande. Conociendo amigos, conociendo gente, la música... La verdad es que lo engloba todo. Estamos muy contentos y es el primer día de tres, entonces como que te deja con ganas de más”, dijo Alejandro, hermano del novio.

Mientras que Pepe, con la sabiduría que le da que este sea su tercer Coachella, se ajustó milimétricamente al guion de “la experiencia”.

“El festival, aunque no sepas qué artistas van a venir, es una experiencia totalmente diferente a todos los festivales (...), en la que realmente no importa quién está tocando sino que ves la gente de otros países que viene, las culturas que hay... Realmente sí te llena mucho”, afirmó.

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