Cómo tener un fondo de emergencia de manera fácil y sencilla

El experto en finanzas personales César Perelló analiza por qué tener un fondo para enfrentar las emergencias es fundamental para construir una economía personal saludable

El objetivo de este fondo es protegerse contra emergencias, no realizar fondos de inversión. (Shutterstock)

Definido de manera sencilla el fondo de emergencia es ese dinero que guardamos para los imprevistos. Hay quienes prefieren llamarle “el clavo”, pero independientemente de cómo lo denomine lo importante es tenerlo.

Hay dos tipos de fondos de emergencia. El primero es el fondo de emergencia a corto plazo, que es ese pequeño monto, entre RD$1,000 y RD$5,000, que tenemos en la casa, la oficina o el auto para enfrentar cualquier pequeño gasto que nos encuentre sin efectivo o acceso al mismo. A este fondo me gusta llamarle el clavo táctico.

Por otro lado, está el fondo de emergencia a largo plazo. En este caso el monto del fondo debe ser el equivalente a entre 3 y 6 meses de nuestros gastos fijos mensuales y por eso me gusta decir que estamos hablando de un clavo estratégico. Con la situación creada por la pandemia del COVID-19, este estimado de entre 3 y 6 meses ha sido revisado y hay muchos autores, inclúyanme entre ellos, que recomiendan que sea de hasta 12 meses. Desde hace mas de 20 años he recomendado en mis charlas hacer fondos de entre 3 y 6 meses, pero con todo esto que ha pasado últimamente hemos visto que la realidad, sin embargo, es que necesita suficiente dinero en su fondo de emergencia para pagar sus gastos durante todo el tiempo que se precisa para encontrar un trabajo. Dependiendo de su ocupación, una persona que perdió su trabajo puede tardar mucho más de tres a seis meses para encontrar uno nuevo y, dada esa realidad, es obvio que su reserva para emergencias debe ser mucho mayor. Si le parece un poco complicado vamos a mantenerlo en los niveles anteriores y luego tratemos de llegar a los 12 meses.

Cómo crearlo y dónde guardarlo

Es evidente que si queremos tener un fondo para emergencias de corto plazo, en la mayoría de los casos, solo basta decidirlo y guardar en un lugar especifico ese par de miles de pesos por lo que pueda pasar. Sin embargo, para un fondo de emergencia a largo plazo o clavo estratégico vamos a necesitar de mucho más. ¿Cómo lograrlo?

1. Lo primero es determinar de qué monto debe ser ese fondo. Recuerde que se debe multiplicar el valor de los gastos fijos mensuales por lo menos por tres, aunque lo ideal es que sea de seis a doce meses.

2. Luego de haber determinado el monto que necesita tener como fondo para emergencias, lo siguiente es usar el tiempo a su favor y buscar la manera de, mediante pequeños aportes, llegar a reunir ese monto usando cualquier medio a su alrededor. Una buena forma de calcular los montos de esos depósitos es dividir el total del fondo entre los meses en que desea realizarlo. Por ejemplo, si sus gastos mensuales son de 50 mil pesos, su fondo debería ser de por los menos 150 mil pesos; así que si lo divide entre 24 meses entonces debe depositar cada mes RD$6,250.

3. Para lograr la disciplina de ahorrar ese dinero se pueden usar como herramientas las cuentas de ahorro, los famosos ‘san’ (del trabajo) o, mejor aún, los planes de descuento/depósito automático que ofrecen los bancos. Esta última es, desde mi punto de vista, la mejor forma de realizarlo sin mayores riesgos. Indicas al banco cuánto quieres que te tomen de tu cuenta de uso cotidiano para ir depositando en una cuenta especial que es tu fondo de emergencia. En algunos casos estos no permiten retiros parciales, por lo que si lo necesitas debes retirar todo el fondo y solo lo debes hacer si hay una emergencia real.

4. Algo importante a recordar es el hecho de que, como fondo para emergencias, este dinero debe estar más o menos a la vista, es decir, disponible por si lo necesitamos. Esto quiere decir que, aunque las cuentas de ahorros o los certificados de deposito nos ofrecen un muy bajo interés, debemos tener al menos una parte de ese fondo en uno o más de estos productos financieros para que estén realmente disponibles. La tentación de hacer algún tipo de negocio o llevarlo a la bolsa de valores está ahí, pero cuidado si al llevarlo todo se queda sin liquidez para enfrentar emergencias. Recuerde: el objetivo es protegerse contra emergencias, no realizar fondos de inversión. Eso ya es otra cosa.