¿Quieres vivir o estudiar en Canadá?

Declaraciones recientes del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sobre una posible reforma al sistema migratorio estadounidense para que base su selección en méritos “como lo hace Canadá”, ha vuelto a colocar en la mirilla a este país, que a diferencia del resto del mundo abraza a extranjeros calificados para impulsar su economía.

Canadá está de moda, y es que contrario a las políticas anti migratorias que enarbolan naciones de todo el mundo, el país norteamericano promueve la entrada de extranjeros a su territorio de manera constante. El año pasado, por ejemplo, admitió alrededor de 320,000 migrantes, la mayor cantidad desde que se tienen registros, y su gobierno planea aumentar esa cifra durante los próximos años.

Además, la nación se jacta de tener una de las tasas migratorias per cápita más elevadas del mundo y más del 20% de los canadienses nacieron en el extranjero; eso es casi el doble del total estadounidense, incluso si se incluye a los inmigrantes indocumentados.

Eddy Ramírez, abogada acreditada por la Orden de Consultores Migratorios de Canadá (ICCRC, por sus siglas en inglés), da explicaciones sobre el hecho y señala que las leyes de inmigración canadiense son claras, dinámicas y orientadas a valorar el aporte de los extranjeros a la productividad, al sustento del sistema social y, en el caso de la provincia de Quebec, al fortalecimiento de la cultura francófona.

En ese sentido, Canadá da prioridad a la inmigración de trabajadores jóvenes, calificados, con competencias y experiencia profesional en áreas de interés y con amplio dominio de las lenguas oficiales del país, inglés o francés.

La consultora detalla que la nación cuenta con dos sistemas migratorios: el del Gobierno Federal, de escala nacional, y el del Gobierno de Quebec, autónomo del anterior. En adición, varias provincias como Alberta, Manitoba, Nueva Escocia, Saskatchewan, Ontario y Columbia Británica administran sus propios programas regionales, bajo la administración del Gobierno Federal.

Explica que el sistema de selección de inmigrantes, conocido como Entrada Exprés, gestiona en un tiempo máximo de seis meses las solicitudes de residencia permanente de todos los programas de la categoría económica, es decir, la que busca trabajadores con competencias y habilidades para integrarse en el mercado laboral; data reciente reporta que muchos inmigrantes tienen más alto nivel educativo que los nacidos en Canadá.


No todo es color de rosa

La experta enumera un conjunto de ideas erróneas sobre la vida en Canadá y puntea que contrario a la creencia de la mayoría, “no hace tanto frío”. “Las temperaturas más bajas se registran en enero y febrero y hay ciudades más frías que otras; el invierno en Montreal no es el mismo que en Vancouver y las metrópolis estás diseñadas para soportarlo”, explica.

Otra idea equivocada es creer que todo será fácil. “Nada más alejado de la realidad”, responde al tiempo de contar su experiencia como inmigrante. “Terminé la carrera de derecho en Venezuela y cuando vine aquí tuve que volver a estudiar para ejercerla”, relata para luego especificar que carreras como la medicina, la ingeniería, el magisterio y otras, son profesiones reguladas en las cuales se exige la aprobación previa de exámenes para ejercerlas.

A pesar de las dificultades, afirma que ninguno de sus clientes se arrepiente de la decisión de estudiar o vivir en ese país, por el estilo de vida y las oportunidades que ofrece.

Universidades como McGill, Concordia, la de Toronto y la de Vancouver ocupan las primeras posiciones en el ranking mundial de los mejores centros de estudios, con la ventaja de que la matrícula es mucho más barata al compararlas con sus contrapartes en Estados Unidos.
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Que no te vendan gato por liebre

¿Quieres estudiar o vivir en Canadá? Para evitar cualquier tipo de engaño o estafa, Martínez recomienda solo contratar servicios de asesoría consular autorizados por el ICCRC, la Orden de Consultores de Inmigración Canadiense; “eso garantiza que en caso de mala práctica, puedas denunciar el hecho”, abunda.

Con respecto a supuestas ofertas de trabajo en empresas canadienses, aconseja, primero, investigar si se trata de una compañía real y llamar al departamento de Recursos Humanos para corroborar que existe dicha vacante, “si la ‘agencia de reclutamiento’ solicita algún tipo de pago para tramitar la visa u otros documentos, es un engaño; las empresas interesadas en contratar personal corren con todos los gastos”.

Recalca, además, que no se puede estar más tiempo del que permite la visa si se quiere vivir en ese país; “quedarse más allá de lo lícito en Canadá o en cualquier otro lugar te inhabilita de por vida para aplicar a la residencia, por igual si te deportan. Tampoco se recomienda mentir a los agentes de inmigración, si preguntan si alguna vez le negaron una visa, se debe responder la verdad para que no descarten la solicitud por fraude”, insiste. Y aclara que sin la debida documentación, no se puede conseguir un trabajo, alquilar una vivienda o siquiera abrir una cuenta de banco.

Sobre la contratación de servicios de asesoría en materia de inmigración, revela que no es necesario si el interesado investiga, con detenimiento, todos los pasos a seguir y recurre a fuentes oficiales; “la página del Gobierno de Canadá es www.canada.ca y la plataforma ofrece toda la información que se requiere; si aun así siente que necesita apoyo adicional o su caso es especial, puede contactarme y con gusto le sirvo”, concluye.