Tus malos hábitos pueden desvelarse con el teletrabajo
Asume el teletrabajo como una oportunidad para ser y proyectarte como un profesional competitivo, mientras trabajas para eliminar tus malos hábitos
Ya se ha dicho muchas veces que el mundo digital es parte de la vida real, no es ciencia ficción lo que haces en las pantallas, sino que manifiestas tu presencia de otra manera y, a veces, requiere de un mayor esfuerzo porque podrían resaltar esos malos hábitos no tan perceptibles presencialmente. En el ámbito profesional ocurre lo mismo, así que ponle especial atención si tienes las siguientes debilidades porque podrían ser más evidentes en esta temporada de teletrabajo.
La falta de proactividad. Para determinar si presentas esta característica respóndete a las preguntas ¿tengo iniciativa?, ¿soy creativo?, ¿soy oportuno?, ¿tengo visión de trabajo?, ¿me renuevo?, soy responsable? Si las respuestas son positivas continua adelante, pero de lo contrario ponte a luchar desde ahora contra ella, porque será más evidentes ahora que trabajas desde la casa, muestra iniciativa adelantándote a la necesidad y si ya está, aporta soluciones oportunas y estratégicas.
Enfócate en trabajar y en distraer a los del grupo de WhatsApp.
Tu guía es la ley del menor esfuerzo. Lo que se te pide eso das, ni un chin más, aunque si puede ser un poco menos. Buscas donde dices que hay sin más. Ten cuidado que te puedes hundir en tu comodidad evita que se interprete que piensas que estas de vacaciones o que por estar en casa haces lo que se te pide con la intención de “salirte de eso”.
Eres irresponsable. Pones mil excusas para entregar tus responsabilidades tarde o dejarlo para después. El teletrabajo es el presente y es el futuro procura no dañar los beneficios que tiene y no alteres con tu actitud la paz de los demás colaboradores que sí atienden a sus responsabilidades. Procura, por tu propio bien deshacerte de ese mal hábito y busca la cumplir con la meta de equipo, pero también aumentar tu productividad.
Careces del sentido de urgencia. Necesitan una entrega para tal hora, pero que no la esperen, ni siquiera para la siguiente, tienen que pasar muchas, un día o dos. Tampoco que te ataquen porque te pones nervioso y se te frisa la computadora, el celular, el Internet y el mundo completo, así menos dices poder entregar. Que una vez te pase está bien y hasta a veces es necesario para recordarnos que las cosas se complican aún con todas las medidas, pero que siempre tengas tardanzas en tus entregas solo es una muestra de que te gusta trabajar contra el tiempo, que dejas todo para último, que quizás primero descansas, juegas o haces otras cosas y luego sale el ¡ayyy el trabajo! No es bonito.
Un mal concepto de trabajo en equipo. Las personas muy entregadas en su trabajo, suelen huirle a la frase “trabajo en equipo” porque una vez es mencionada llegan a la cabeza imágenes de personas que le hacen tenerle miedo, los recostados del otro, los vagos, los charlatanes, los distraídos y otros muchos que en vez de aligerar la carga la hacen más pesadas. Trabajar en equipo es hacer bien lo que te corresponde, ayudar al que está realmente necesitado y no que se esconde en el no saber como parte de la ley del menor esfuerzo o la falta del sentido del tiempo. Desde la casa todos seguimos siendo responsables, a un mismo nivel, de las metas en conjunto, donde yo soy tú y viceversa, en eso se trata el trabajo en equipo.