¿Uso o abuso de las redes sociales?

#ScreenTime

En una sociedad que se jacta de frases como “haz lo que digo, no lo que hago”, no es sorpresa que en ocasiones se eduque a los hijos con hábitos que los padres no modelan para ellos. Diane Sawyer, periodista de ABC News, realizó un reportaje titulado #ScreenTime, o tiempo de pantalla, un término usualmente utilizado por los padres angloparlantes para referirse al “tiempo frente a las pantallas” que se les permite a los hijos.

Sawyer dedicó seis meses a viajar por Estados Unidos para hablar con familias, maestros, médicos y expertos en tecnología, para exponer cómo nos afecta el tiempo que dedicamos a las pantallas y para desafiarnos a repensar nuestro consumo de tecnología. El estudio reveló la intromisión de los aparatos tecnológicos y las redes sociales en las relaciones humanas, cómo los selfies afectan los niveles de ansiedad y cómo inciden negativamente sobre nuestra autoestima.

El cara a cara

Si Sawyer te preguntara sobre los hábitos de tus hijos frente a las pantallas, ¿aprovecharías el momento para desahogarte sobre el hecho de que no se despegan de ellas? Y si revirtiera la pregunta, ¿qué responderías sobre ti?

Tácticas adictivas

Matt Mayberry y Dalton Combs, empleados de la empresa de inteligencia artificial Boundless Mind, exponen que las empresas emplean diferentes técnicas para mantener a los consumidores en sus dispositivos. Incluso, advierten que nuestras vidas, asediadas por zumbidos, notificaciones y pings, seguirán formando parte de una guerra por la atención humana que continúa intensificándose. Estas son las razones por las que no puedes despegarte de tu pantalla:

1 Scroll, scroll, scroll on your phone (desplázate en tu móvil)... Así como la interminable canción de cuna “Rema tu barco”, hay una razón por la que las fotos, los videos y las publicaciones nunca se detienen. Las aplicaciones como Twitter, Instagram y Pinterest están diseñadas con el scrolling feature, que garantiza que por más que te desplaces hacia abajo, siempre aparecerán contenidos nuevos.

2 Algunos anuncios tienen trucos en sus diseños; por ejemplo, para que parezca que hay una mosca o una hebra de cabello en tu pantalla y, cuando vas a quitarla, lo que realmente estás haciendo es interactuar con el anuncio. Automáticamente, le has regalado dinero al anunciante.

3 Cada segundo que estamos en una red social le ofrecemos un flujo abierto de información sobre nuestro comportamiento personal, nuestras preferencias y nuestras personalidades. No nos damos cuenta de cuánta información sobre nosotros mismos regalamos a las compañías.

4 Como si fuera poco, los algoritmos no solo adquieren nuestras informaciones, sino que también guardan registros de cómo se mueven nuestros dedos. Si detenemos el dedo sobre una foto, incluso por una fracción de segundo, una compañía puede enviarnos contenidos similares para garantizar nuestro consumo. De hecho, la forma en que deslizamos los dedos en la pantalla revela información abundante sobre nuestras personalidades y estado psicológico actual.