Vivir a lo mini

Reducir las pertenencias a únicamente lo indispensable, resulta ser para muchos su terapia de felicidad. Los llamados minimalistas aseguran que lo que no es importante en la vida únicamente sirve para distraernos y no aprovechar el tiempo. Se valora, de este modo, las experiencias en lugar de lo material.

Pese a lo idílico de este modo de vida, hacer el cambio no resulta fácil en una sociedad moderna donde el consumismo se entiende como un ocio, pero una vez logrado, se piensa, se siente y se vive de otra manera. Se trata de cuestionarse la necesidad de un objeto, cuántas veces se usó, cuánto dinero costó o sigue costando y el tiempo que conlleva su mantenimiento, así como las ventajas que supondría venderlo, regalarlo o donarlo a una ONG.

Menos es más

Vivir en un espacio de pequeñas dimensiones es esencial para ayudar a consumir menos, ya que en un menor espacio caben menos objetos. Esta filosofía de vida es la de aquellos que optan por vivir en las llamadas “tiny houses”. El tamaño de las minicasas es reducido, como su coste. En apenas dieciocho metros cuadrados, el espacio de distribuye de manera inteligente y cada rincón se aprovecha otorgándole más de una utilidad.

Armarios convertibles en camas o suelos de los que sale una mesa, son algunas de las ideas con las que sus constructores logran enamorar a un público cada vez más amplio. Estos minihogares versátiles resultan útiles incluso para familias con niños o animales, y cuentan con la ventaja de poder viajar por el mundo con tu propia casa como alojamiento, bien sea móvil con ruedas o de fácil transporte.

Quizás por eso no resulta extraño que quienes las disfrutan entiendan mejor que nadie ese concepto de vida. “Por prestaciones la veo perfectamente adecuada para ser un hogar muy práctico. En la mía reúno el equipo de grabación, batería eléctrica, teclado y violines, y podemos ser cinco personas ensayando cómodamente” recalca Cascales.

Por todo esto, lejos de ser una vivienda de fin de semana, este tipo de alojamientos se convierten en el hogar de muchos minimalistas, pese a que las leyes urbanísticas sean especialmente estrictas con estos pequeños hogares.

Existen países o localidades que establecen muchas trabas para su implantación. En opinión de Corbí, “este hecho tenía su sentido hace años cuando para cualquier vivienda era obligatorio conectarse a las redes municipales, puesto que no había posibilidad de ser autosuficiente, pero a día de hoy con los kits disponibles de energía fotovoltaica o depuración de aguas, podemos plantear espacios habitables con características de absoluta autosuficiencia”.

Convertidas en fenómeno mundial, éste no tan nuevo concepto de vivienda ofrece todo tipo de comodidades donde se trata de reducir el espacio pero no la calidad de vida. La mayor pretensión de sus inquilinos, sin duda, es ganar en libertad y experiencias, algo que no cambiarían por nada.

Fotos: fuente externa.