Ropa nueva creada con ropa vieja: cómo dar nuevo propósito a tus piezas

El reciclaje textil se expande a distintas marcas e incrementa su alcance

Una serie de marcas de moda venderán prendas de tela vaquera (jean) hechas de Circulose. (EFE)

Solo se recicla un 1% de la ropa en desuso y la mayoría de esa indumentaria termina en los vertederos de basura, según la firma sueca re:newcell, que a comienzos de año comercializarán en tiendas minoristas camisetas y pantalones vaqueros nuevos, hechos con ropa vieja.

Esto es posible gracias una tecnología que utiliza la ropa de algodón desgastada para producir un nuevo hilado textil denominado ‘Circulose’ cuyo aspecto, tacto y sensación al llevarlo puesto no se diferencian de los de las telas nuevas.

Re:newcell, que opera una planta de reciclaje químico a escala comercial, ha comenzado a vender ‘Circulose’ en la cadena de suministros textiles, aunque no ha anunciado aún qué marcas venderán las prendas hechas con este material, aunque trascendió que la marca H&M adquirió una participación minoritaria en la compañía, según la revista Fast Company.

En todo caso “las prendas fabricadas con Circulose llevarán una etiqueta que las identificará como tales”, adelanta Harald Cavalli-Björkman, jefe de marca en re:newcell, desde Estocolmo (Suecia).

FIBRA TEXTIL RECICLADA Y RECICLABLE

REDUCIR EL IMPACTO AMBIENTAL DE LA MODA

Añade que las fábricas pueden modificar el proceso para hacer que la tela que producen con esta fibra pueda lucir y sentirse en mayor o menor grado como la viscosa, la seda o el algodón, dependiendo de qué prendas se confeccionaran con este material.

“Esta fibra se desarrolló con la ambición de reducir drásticamente el impacto que la industria de la moda tiene en el medio ambiente, al ser una de las que consume recursos naturales de manera más intensiva”, según Cavalli-Björkman.

La industria de la moda genera más gases de efecto invernadero que la industria de la aviación y el transporte marítimo combinados, según la UNCTAD, el organismo de las Naciones Unidas para asuntos de comercio, inversión y desarrollo, de acuerdo a Cavalli-Björkman.

Hasta ahora el reciclaje de textiles ha estado asociado a una calidad degradada, porque se dañaba la fibra al trocearla, con lo que no se podía obtener una prenda óptima para los consumidores, pero con esta innovación “se pueden conseguir prendas indistinguibles de las de algodón de primera mano y adaptadas a las preferencias de sus usuarios”, añade.

“Además reduce el impacto ambiental y las marcas podrán ayudar al medioambiente teniendo en cuenta el reciclaje, por ejemplo evitando las mezclas de algodón y poliéster”, según Cavalli-Björkman, quien calcula que cada año se tiran alrededor de 20 a 30 millones de toneladas de desperdicios de algodón.

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Texto: Daniel Galilea

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