El problema de nuestro desarrollo

A los dominicanos no nos gusta observar las cosas en perspectiva. Nuestro “cortoplacismo” nos impide ver más allá del aquí y ahora, pero la mayoría de las cosas, para no decir todo lo que ocurre en la vida, son el resultado de un proceso de diferente duración.

Reflexionaba el otro día sobre nuestros problemas y llegué a la conclusión que no se trata de educación y de otros factores sino de la participación responsable de todos los actores en el proceso de desarrollo del ciudadano, pues como dice el proverbio chino, para educar a un niño se necesita a toda una comunidad.

Pongo este ejemplo: mi nieto Enrique tiene 13 años. Dentro de cinco años, podrá votar en las elecciones, es decir, escoger a quienes lo gobernarán por el período presidencial correspondiente. Cinco años más tarde, se graduará de la universidad y podrá iniciar su propio camino por la vida y un lustro después posiblemente tendrá familia...

Sus padres y familiares, ¿lo están formando para sus responsabilidades ciudadanas, a ser honrado, respetuoso, a rechazar la corrupción, obediente de las leyes, cortés y solidario?

Sus maestros, ¿le están enseñando algo más de lo poco que saben? ¿Lo están enseñando a pensar, a resolver problemas, a respetar el medio ambiente, a ser creativo, a ampliar, por medio de lecturas y sugerencias sus campos de interés?

La comunidad, ¿le ofrece ejemplos que pueda imitar, de buen comportamiento social, de tolerancia, y un ambiente en que se sienta seguro y lo motive a permanecer entre los suyos?

Esa es la tarea para lograr el desarrollo y no repetir los mismos errores. No busquemos culpables.