El interlocutor

Poco después del terremoto de 2010 en Haití, una funcionaria de la Embajada de Estados Unidos alababa la labor humanitaria que encabezaba el actor Sean Penn. Uno de los asistentes a ese almuerzo, dominicano, comentó que “sería más importante para Haití que la ayuda se dirigiera a levantar un registro civil”. No se entendió.

Once años después, no hay registro civil válido, base de cualquier Estado viable, ni la ayuda humanitaria que se calcula en 15,000 millones de dólares desde el terremoto ha servido para nada.

Embajadores y funcionarios dominicanos y de la Unión Europea coinciden en resaltar que la falta de un interlocutos válido es el gran problema de calquier tipo de negociación con Haití o de ayuda humanitaria exitosa.

La Unión Europea y diplomáticos dominicanos veían con buenos ojos el proyecto de Moïse de reformar la Constitución haitiana para propiciar un cambio de modelo: pasar de un régimen parlamentario extremadamente frágil a un régimen presidencialista que pudiera concentrar el poder político y hacer viable un proyecto de gobierno.

Hoy, en Haití, no hay quien entienda quién manda porque no manda nadie. La ayuda humanitaria no va a fluir como en otras ocasiones. De hecho, la Unión Europea ya se había planteado cesarla aunque todavia no era oficial.

A República Dominicana le toca el papel más difícil. Haití vende el relato de la víctima en los foros internacionales e incapaz de ofrecer a sus ciudadanos una esperanza de futuro vive de las ayudas internacionales, esas que ya no van a llegar.

Con las bandas de delincuentes controlando la calle, es más difícil e inútil que nunca elegir un interlocutor.

Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Actualmente es la directora de Diario Libre. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.