En la boleta

No creo en la discriminación positiva, en la obligatoriedad de las cuotas y ahora que estamos en campaña electoral, creo que la teoría de que hay que llevar en la boleta a una mujer porque así se gana el voto de LAS votantes es un pensamiento machista y anticuado.

Eso, dando por hecho que hay mujeres que merecen ser presidentas y vicepresidentas porque se lo han trabajado, porque les gusta la política y el poder y porque valen para el cargo.

El 8 de marzo tiene muchas capas, porque cada vez es más difícil pensar en la “mujer” como un género con problemas comunes en todos los campos. (Excepción, la violencia de género). Por lo menos en el mundo occidental las mujeres de hoy tienen miles de problemas similares a los del hombre.

El trabajo de las feministas en los años 70, 80, 90 fue formidable y las metas que quedan por lograr son mínimas comparadas con las hazañas logradas. Hay que pensar en la constancia, por ejemplo, de las mujeres de Cipaf, que se movieron en todos los registros e instancias. Magaly Pineda a la cabeza, por supuesto.

Hoy los mensajes de los políticos tendrán ese aroma a felicitación. Los de las políticas... a reivindicación. Sin embargo, en la praxis de cada día apenas hay diferencias ni en las obras ni en los mensajes.

Pero... ¿qué necesitan las mujeres de los políticos? Nada diferente a lo que necesitan los hombres: que administren con inteligencia y honradez el poder que les hemos cedido para resolver los problemas comunes de la ciudadanía.

IAizpun@diariolibre.com