Falta de confianza y apoyos al sistema

La pérdida de confianza en el sistema democrático tiene efectos profundos sobre la operatividad del gobierno y sobre el tejido social que podrían conducir a la disolución del pacto que sirve de base a la soberanía.

Una sociedad que pierde la confianza en las autoridades y en el valor social del sistema político que éstas representan deja de ofrecer los apoyos indispensables para mantener el clima democrático.

Esos apoyos son de dos tipos: apoyo emocional y conductual, es decir, la gente se siente confiada en el sistema y se comporta de manera que el sistema no tenga que usar excesivamente la fuerza para mantener la cohesión social. En segundo lugar, apoyo material, en forma de impuestos y contribuciones, que sirven para sostener al Gobierno y mantener la armonía social.

Cuando la gente no confía en que el sistema, por medio de sus autoridades, manejará con pulcritud los fondos que le entregan y, si ese fuese el caso, no va a someter a la Justicia a los culpables, la consecuencia es que se les hará cada vez más difícil a las autoridades lograr los apoyos para cumplir con sus obligaciones.

De ahí la importancia de que las autoridades utilicen todos los mecanismos disponibles para evitar la corrupción y la impunidad, para fortalecer los instrumentos de progreso social y de avance cívico de las comunidades, porque en la medida en que el capital de confianza sube, mayores son las posibilidades de lograr el cumplimiento de los objetivos y, por ende, el prestigio del sistema.

Como se puede apreciar, la confianza no es un tema teórico sino de la mayor importancia práctica para la supervivencia del sistema democrático.