Hablando de reforma...

Posiblemente ahora comiencen a aparecer propuestas de reforma a la Constitución que serán tildadas de “traje a la medida”, pero la verdad es que la política dominicana de hoy requiere de una reforma que encauce ciertos procesos por el camino de la institucionalidad democrática, que haga más factible aspirar a un gobierno honesto y que la política se convierta en verdad en algo “puro y digno” como aspiraba Duarte.

No se trata de que la Constitución sea vieja o nueva, sino de que, como contrato social, contribuya al logro de las metas de una sociedad democrática. Tampoco se trata de beneficiar o perjudicar a un líder, porque la Constitución no puede ser un traje a la medida de nadie.

Es evidente que, a la luz de la experiencia del 2015, los arreglos a lo interno de los partidos no deben reflejarse en textos constitucionales, para no tener que vivir la experiencia de hoy.

Por tanto, toda reforma que se haga hoy día debe tener la visión de crear un país más éticamente gobernable, con las instituciones básicas del sistema (Poder Judicial, investigación y control de crímenes contra el Estado y todo el sistema de contabilidad y control estatal), con suficiente independencia para tener la credibilidad necesaria que lo hagan operante.

Como parte de esa credibilidad, los procesos de selección deber transparentes y sujetos a que los candidatos sean investigados profundamente, para que lo político no sea lo decisivo en la designación.

Por último, en esta entrega, la Constitución debiera permitir la creación de fiscales especiales para investigar hechos punibles dentro del Estado.