Las piedras en sentido contrario

Que nadie se extrañe si llega el día en que los estudiantes de la UASD lleguen cargados de piedras y se las lancen a los profesores y empleados que obstaculizan la educación a la que aspiran en vez de a los policías.

Los profesores universitarios mejor pagados del país y los empleados (con más retribuciones que obligaciones) son una retranca para la formación universitaria, y por lo tanto profesional, de una matrícula de casi 200,000 estudiantes.

Cerca de 7,000 millones de pesos que pagamos entre todos y que administran de acuerdo con sus prioridades, unas autoridades que pasan años en campaña electoral, a la que dedican más horas que a la investigación. La UASD, como funciona ahora, es una estafa.

Los estudiantes cuentan sus experiencias: trimestres perdidos por falta de profesores, por huelgas, por notas que no aparecen. Profesores que prácticamente no pasan por las aulas. Empleados que boicotean sus estudios.

Si el sistema de financiamiento de la UASD cambiara, la verdad se vería desnuda. Imaginen que los 7,000 millones de su presupuesto se entregan en forma de beca directa para que los estudiantes elijan su Alma Mater. ¿Cuántos seguirían matriculados en la UASD y cuántos se irían a instituciones privadas?

La UASD ha elegido estancarse en unos métodos, un discurso, una estructura y una filosofía de mediados del siglo XX con presupuesto a cargo del contribuyente del siglo XXI. Esos jóvenes se cansarán un día de oír la misma cantaleta porque es su futuro el que se paraliza en cada huelga, cada asamblea y cada paro.

Ya hay profesores que hablan en voz alta. Aman su universidad pero saben que así no funciona.

IAizpun@diariolibre.com