Los oficios y el miedo

Si la crisis sanitaria asusta, la económica será la que una vez pasada la pandemia, forzará a media humanidad a replantear la sociedad que hemos construido.

El valor de las profesiones vitales para nuestra subsistencia ha quedado claro. Bomberos, policías, enfermeras, sanitarios, agricultores, investigadores, cuidadores, maestros... oficios y profesiones que estaban perdiendo el peso, el dinero y la consideración social frente a deslumbrantes influencers, políticos, asesores de asuntos importantes y de materias sin importancia...

Pagamos mal a los que forman la mente y el espíritu de nuestros hijos, a los que cuidan a nuestros ancianos o investigan la próxima medicina que nos salvará la vida. Un peligroso y microscópico virus nos ha quitado la tontería de golpe.

Hemos llegado a un nivel de desarrollo en el que la economía de la experiencia era el baremo de la felicidad. Y llega desde China un bicho minúsculo y dependemos desgarradoramente de que las muchachas del supermercado vayan a trabajar, la enfermera no se contagie, el cuidador del abuelo no se vaya, el policía y el militar conserven el sentido del deber que antes se les suponía...

Nuestras vidas dependen de profesiones, trabajos y oficios a los que la sociedad no paga suficiente. Ahora les llamamos héroes para sentirnos mejor (ellos y nosotros) y porque tenemos miedo de que se cansen de luchar contra el tiempo o de aguantar nuestra histeria.

Esta pandemia, se ha dicho, sacará lo mejor y lo peor de cada uno. Pero también nos hará replantearnos la profesión y el oficio que hemos elegido, cómo lo desempeñamos y para qué sirve...

Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Actualmente es la directora de Diario Libre. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.