Reformas al Poder Legislativo

En materia de composición del Congreso Nacional hemos tenido de todo: desde un Senado de cinco miembros, hasta la cifra actual de 190 miembros en la Cámara de Diputados, que incluye diputados nacionales y de ultramar.

Si se saliera a preguntar a la calle, casi sería unánime la insatisfacción de la gente con el actual sistema de representación, en el cual hay demarcaciones sobre representadas y otras sub representadas. Eso vale para provincias y para partidos cuyas votaciones en los comicios legislativos no se corresponden con el número de escaños obtenidos.

El problema con el Poder Legislativo es de representación, pero también de sus funciones primordiales.

Cuando iniciaron su funcionamiento los parlamentos no fueron concebidos para aprobar leyes, sino para servir de control a los monarcas. Con el paso del tiempo y, sobre todo, al ser los jefes de gobierno elegidos por voto popular, la forma de control principal devino en la creación de normas. Hoy se vuelve a la posición original, ya que, en la práctica, las principales leyes se crean desde el Poder Ejecutivo, pero para controlar a un Ejecutivo cada vez más poderoso, se requiere una mayor independencia política de los legisladores.

Entre las reformas que se han propuesto están reducir de dos a uno los representantes obligatorios por provincia, o escoger los representantes por regiones en vez de provincias. Corresponderá a cada partido, en ese caso, seleccionar representantes que contribuyan a la boleta en vez de por compromisos políticos.

En el caso del Senado, escoger dos senadores por región, lo que daría un órgano con un máximo de 20 senadores, entre otras. Continuaremos con el tema.

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