A veces las señas no son muy claras

No hay que ser gitano para adivinar la suerte

Aunque estuvo el presidente y uno que otro funcionario, la reunión fue convocada por el partido y con razones de partido.

No es verdad que el PRM dio la espalda a sus bases, como declaran interesados con agenda propia y propósitos arteros.

A veces no hay que ser gitano para adivinar la suerte ajena.

No puede negarse, sin embargo, que en ocasiones las señas no son muy claras y el cátcher debe ir donde el pitcher.

Más o menos eso fue lo que ocurrió el pasado domingo en el recinto de la Pontificia en la capital. Un lanzador coreano necesitado de traductor.

La posición del presidente, por ejemplo, no es siempre la posición de los congresistas.

Las tres causales es una experiencia a tener en cuenta, y extraña que los senadores y diputados del PRM sean más proclives a los préstamos que al aborto.

La moral en contradicción con la política.

La intención no fue alinearlos y anticiparse a las disidencias, pero sí convencerlos de las prioridades de la gestión.

Habrá que ver hasta dónde, pues se teme que las bancadas se corrijan, que no se vayan por la libre y la precaria mayoría se imponga mecánicamente.

Un peligro que siempre existe.

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