El juego de las sillas en el PRM

Anda el “huérfano” a patadas en el partido...

Los tránsfugas están a dos manos en el PRM, y la culpa la tienen Hipólito y Luis que decidieron de último apoyar a Paliza y a Carolina. Mientras no se filtró, esa fórmula era impensable, y los perremeístas se dejaron llevar del gusto e hicieron compromisos que ahora no saben romper.

La situación es tan renuente que los jefes de grupo no se atreven a forzar y en la mayoría de los casos permiten que bata el viento. Aunque se dan casos de verdadero conflicto. Reacciones de “yo espero que él me llame y me diga” se van reproduciendo a lo largo y ancho del país.

Igual lo contrario.

Compañeros que se saben propiedad de uno de los bandos y no esperan que bajen líneas. Levantan sus casas de campaña y vuelven al territorio originario. A su antiguo solar.

Algunos afectados entienden y aceptan ese ir y venir como parte del proceso. Otros, sin embargo, no solo protestan la falta de entereza, sino que llevan la queja al candidato o al líder responsable. El PRM, como en su momento el PRD, es una casa sin divisiones y los moradores se pasan de una habitación a otra sin dificultad ni remordimiento.