Hasta lo light tiene sus límites
El relajo en la guardia y la PN hay que acabarlo
Era previsible o se vio desde un principio que ese relajo de policías y guardias en las redes iba a minar la disciplina y multiplicar los graciosos.
También lo light tiene sus límites.
Uno se quejó de los sueldos y otro de la pensión, y con una situación tan permisiva un tercero se sintió en derecho de firmar el Libro Verde.
Ahora se decide cortar, y no puede decirse que por lo sano, pues el daño está hecho: difícil recoger las plumas de gallina que se lanzan al viento en una montaña.
Una baja por aquí, otra baja por allí, y un encarcelado que llora su pena sin que nadie se conduela, ni siquiera los derechos humanos (que no le tocan), o el Defensor del Pueblo (que tampoco le corresponde).
O hacen la cartilla de nuevo o ponen a los uniformados a leerse la antigua hasta aprendérsela de memoria, de tanto repetirla, como si fueran a examinarse en cursos de primaria.
El hábito no hace el monje, se dice, pero igual el uniforme no hace al policía o al guardia, y por mucho que el mundo haya cambiado, sin vocación no habrá cuartel, fortaleza ni iglesia.
El cielo en esos casos no provee.
La gira de Shakira impulsa una ola de turismo en Estados Unidos liderada por mujeres
Titans ponen sus esperanzas en la primera selección del draft de la NFL, Cam Ward
Reportan tapón en la Kennedy por volcadura de camión en el kilómetro 9
Luego de presentarse en festivales internacionales, “Día Ocho” se estrena en RD