La crisis se está gastando ahora...

Quienes ven más allá, no de la curva, sino del camino, advierten sobre la gravedad de las consecuencias económicas de la crisis.

Los economistas, aunque lo nieguen, profesan devoción por Keynes y mucho más los gobiernos que en tiempos malos se amparan en sus teorías.

A Keynes se le atribuye haber dicho que en el futuro todos estaremos muertos. Debe entonces importar más el presente que el porvenir.

Una tarea de economistas de aquí sería determinar ese mucho dinero en manos del dominicano que se llena de pánico y abarrota los supermercados.

El fenómeno se dio a la par y uno podría explicar el otro. Largas filas en los supermercados, pero también en los bancos.

Más importante aun. Nadie fue al banco a gestionar un préstamo para irse de compras, aun cuando estas entidades tienen recursos de sobra y el Central les suple.

Fueron a buscar lo propio: efectivo de la cuenta corriente o de ahorro, pues no en todo o para todo resuelve Mastecard, y los supermercados no fían.

Ese negocio era de los colmados y las pulperías antes de la asistencia de bonos y el auxilio de la solidaridad. Ahora nadie en inopia y todos con su clavo guardado.