La Junta comenzó bien, casi divina...

Ojalá hagan equipo y prime la concordia

La Junta debutó como pleno, y de lo más que se yo. Primó la buena educación doméstica, y más que reunión de trabajo, retiro de Cuaresma.

Nadie vio que el profesor tuviera vara en la mano, y de seguir así, el kinder será superior a cualquier bachillerato. Se dividieron las tareas, aunque no se sabe si la apropiación la hizo el presidente, atendiendo a su buen juicio, o accedió a la solicitud de los magistrados.

Pero todos conformes, y eso es lo importante. Que la armonía procree y provea, de manera que hagan equipo o familia y satisfagan todas las necesidades de la casa.

Aunque tanto afán por evitar las disonancias los llevó a concesiones innecesarias. Eso de declarar que el presidente sería el vocero de la Junta, estuvo de más. Esa condición de vocero se consigna en el reglamento, y sensu stricto como una de sus atribuciones exclusivas. El párrafo 2 del artículo 5 lo impone claramente: “ Ser vocero oficial de la Junta Central Electoral ”. Lo que abunda no daña, y ese celo o esa redundancia tendrían una finalidad lógica: que no se retoce con la palabra y se haga de cada ocasión una vaina.