Los coloraos corrieron por tercera...

Los reformistas tienen razón en sentirse contentos, reclamaron a la Junta la casilla número tres, y el fallo les fue favorable. La decisión no hace mucho sentido, pero si se pide algo, y se consigue, justo es celebrarlo.

Aunque no tanto como Genao, que anda todo acelerado, y antes que bailar, resbala en la pista. Lo del Rey Momo en el carnaval de La Vega fue de coronación. Lo de la Junta, consagración.

¿Cuál es el beneficio, la ventaja? No sería la casilla, sino el número. No es lo mismo la cuarta posición que la tercera. Mucho más que es tres de veinte y seis.

El que llega de tercero lo suben a tarima, le dan medalla de bronce y lo aplauden. Después del tres lo que queda es cansancio, y ni siquiera redondeo.

Balaguer no era hombre de relajo, y nadie se atrevía a jugar chanza con el líder, pero desde su época de poder circula una leyenda que es urbana, pero parece de campo.

Un paniaguado le habló de una encuesta: “Doctor, salimos en tercera”, y este le respondió con la calma más natural del mundo: “Mejor, así anotamos con un toque”.

El truco de siempre.