Ni se dan por aludidos

Paño con pasta y que siga el entierro

?La dificultad en resolver problemas pequeños demuestra la imposibilidad de solventar los grandes. Una realidad que se comprueba a diario.

Por ejemplo.

¿ Cómo esperar que la Policía dé seguridad al ciudadano si no puede evitar que los limpiavidrios fastidien al manso conductor?

U otra.

Si no se asegura un territorio tan chiquito como el Mirador, donde la gente se ejercita al aire libre ¿cómo al amplio espacio de la República?

Esas situaciones se dan y el público las protesta, pero nunca se tiene a mano ni se consigue un remedio definitivo.

Paño con pasta y que siga el entierro.

Lo mismo sucede con la declaración de bienes, que unos sujetos deciden que no la van a hacer y nunca la hacen sin que paguen consecuencias.

Da rabia la impunidad, pero ¿qué decir de la lenidad, esa forma floja de enfrentar actitudes que afectan moralmente a la nación?

El presidente advirtió, amenazó, castigó, pero se comenta de funcionarios de rango medio que ni se enteran.

Peor todavía en el Congreso y en los ayuntamientos, donde sus titulares se creen de categoría diferente y que no les incumben las normas que se imponen al común.

La teoría de la ventana rota lo explica.

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