Parece que es pecado lanzarse...

Se supone que lo malo es la dictadura de Danilo y su reelección, pero el sector que lo adversa encuentra igualmente malo el relevo.

Cada vez que se lanza un compañero de filiación danilista, lo reciben a “palo llorao” como si fuera el guardia del arsenal. No se admite que sean justas sus aspiraciones y se le cree parte de una conspiración.

Andrés es el último y lo esperaron, como haciendo honor a su apellido, con los cañones de Navarone. Mientras era ministro, todo bien.

Ahora le cobran la osadía de competir con Leonel, como si la candidatura del PLD fuera una patente de invención y el expresidente la hubiera registrado.

Habría que revisar conceptos y recordar un poco de historia. Leonel nunca corrió solo, siempre tuvo oponente, y ni siquiera Danilo.

Así debe ser, además, si el nominado es producto de democracia interna. La sospecha no puede sustituir la realidad.

Andrés todavía no dispara y lo descalifican en el entendido de que será el delfín que llevan tiempo esperando. Danilo todo menos dueño de acuario o criador de cetáceos.

Si no llueve, y el pley con gente, que el juego sea la circunstancia.