Un policía que no macutee
La experiencia de reforma no es nueva
El nuevo plan de seguridad ciudadana, no importa el nombre que le pongan, tiene de malo que es muy ambicioso.
Metas altas y complejas, como todo diseño de expertos, y que además cuenta con el concurso de los aficionados, especialistas oficiosos.
La experiencia no es nueva, ya antes se intentó lo mismo y solo se recuerdan unos motores tan efectivos que no cabían en los callejones de los barrios. Entonces hubo universitarios, y reparto de casas y competencia de arbolitos de Navidad, festivales de piropos.
Incluso, una joya el flirteo ganador: “!Qué calderito que coge moro!”. Un choteo que se gozó en su momento, pues si se va a chercha, ninguno como el dominicano.
Sin embargo, la gente que no sabe de nada, ni le interesa saber pero que sufre la delincuencia, no quiere tanto diseño y menos elaboración.
Lo que quiere es un policía que no macutee y evite que a la muchachita le arrebaten el celular y a la doñita el bolso.
Que pueda irse y volverse sin que se asalte al joven para despojarlo del motor. Que no haya rateros ni raterismo. Para eso no se necesita mucho dinero y tampoco discurso. Lo grande siempre engaña a lo chiquito.
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