Ortega y los Jesuítas
Se mantiene la represión contra los religiosos
En Nicaragua, la dictadura de Ortega y Murillo sigue sorprendiendo por sus decisiones insólitas, antidemocráticas y muy a menudo absurdas.
Ahora toca a la orden de los Jesuítas ver cómo se expropian sus propiedades, entre ellas la Universidad Centroamericana, las escuelas Fé y Alegría y el colegio Loyola. Son ya más de 3,000 las asociaciones disueltas por el gobierno nicaragüense, que sigue su espiral destructiva en contra de los intereses de sus propios ciudadanos.
Las razones para ocupar la UCA, reportan las agencias, son cuando menos inverosímiles. En la Universidad se habrían cometido “actividades delincuenciales con armas de fuego, municiones letales, morteros, bombas molotov y objetos contundentes, ocasionando cuantiosas pérdidas económicas al país (...)”
Cualquier institución, organización, medio de prensa o intento de liderazgo opositor ha sido eliminado por la dictadura abriendo el camino hacia el control total de los pocos resquicios de libertad que quedaban en este país centroamericano que merece más y mejor apoyo de las democracias del continente.
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