Apertura y conducta
Muchas personas quizás no han entendido el significado de lo que ocurrirá a partir de hoy. De lo que se trata es de que las empresas pueden abrir sus puertas de nuevo, recibir clientes, realizar operaciones comerciales y reanudar los contratos de trabajo suspendidos por la pandemia.
No se trata de salir en una carrera desenfrenada a violar los protocolos sanitarios, a una francachela del fin del mundo y a poner en peligro a sus semejantes. No.
Durante el período de emergencia todo el que quiso salió a la calle en el horario diurno, pero debió hacerlo con protección. Lo ideal era que no salieran pero si lo hacían debían protegerse.
Eso no ha cambiado y en muchos negocios se trabajará por citas, en otros habrá que hacer fila, al igual que ahora y el toque de queda sigue vigente.
Y la advertencia es clara: que la apertura continúe depende del comportamiento de todos. Si a consecuencia de la conducta desaprensiva, es decir, que se actúe sin atenerse a las reglas o sin miramiento hacia los demás, la pandemia toma nuevo brío, volveremos a una etapa peor y eso no lo debe querer nadie.
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