De injerencias...

El 27 de abril, este diario se refería a los peligros que corrían quienes pretendieran ser candidatos presidenciales del Partido de la Liberación Dominicana, con la injerencia extranjera en los procesos.

Bueno, ya empezó la fiesta.

La injerencia extranjera en los asuntos internos de un Estado es condenada por el derecho internacional que admite las intervenciones humanitarias para resolver crisis de derechos humanos o graves alteraciones internas.

Las injerencias son buenas porque ayudan a mi causa o son malas si la atacan, al igual que un robo no es bueno si me aprovecha y malo si me perjudica.

A lo largo de nuestra historia hemos tenido intervenciones negativas y positivas. Las malas, las hemos rechazado y las buenas las hemos aplaudido.

La carta del senador Menéndez no tiene más valor que el que podamos darle porque su partido no controla la política exterior de los Estados Unidos. A lo que habría que tenerle miedo es a lo que hagan los que sí pueden en la administración Trump con las informaciones comprometedoras que tienen sobre el país y sus dirigentes.

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