De tanto llamarla...

Modificar la Constitución de la República no es tarea fácil, aunque puede hacerse de manera muy expedita si hay acuerdo.

Ningún senador o diputado individualmente puede presentar el proyecto de ley que ordena la reforma. Es necesario que un tercio de los legisladores de una u otra cámara se unan para presentar el proyecto, o a iniciativa del Poder Ejecutivo que, en el caso presente, parece estar atado de manos para hacerlo.

Por eso, pierden el tiempo los que montan vigilias esperando al legislador que vaya a casarse con la gloria. Es más, solo el Partido de la Liberación Dominicana tiene legisladores suficientes, -se necesitan 64 diputados u 11 senadores- para presentar el proyecto.

Por tanto, los únicos que pueden llamar a la reelección son los peledeístas, que cargarán también con las consecuencias positivas o negativas de la movida.

Por eso, a menos que sea morbo, no se entiende el interés por mantener el tema en la opinión pública. Si llaman a reelección sabemos quién lo hará y no habrá forma de esconderlo.

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