Dos gestas

El primero de mayo en Chicago, convertida luego en gesta mundial, y la pequeña rebelión del 2 de mayo de 1861 en Moca, una gesta local y nacional, tienen algo valioso en común: fueron gestas de campesinos y obreros.

Es decir, obra de la gente que uno espera que sea dirigida, no que lidere un movimiento que explotaría luego en todo el mundo, una, reivindicando los derechos de los trabajadores, y la otra, demostrando que la llama viva de la libertad tiene su hogar en los corazones más humildes.

La muerte de los obreros de Chicago y de los campesinos de Moca sirvió de estandarte para logros mayores, para significar algo más allá de las peticiones momentáneas o de las preocupaciones urgentes: mostraron que la dignidad del hombre está por encima de la seguridad que da un trabajo que deviene miserable, y que la libertad y el orgullo de una bandera son bienes tan preciados que permiten entregar la vida misma. Es la construcción de la vida y del futuro a través de la muerte.

Ojalá nuestro pueblo no olvide nunca este significado.