Inmadurez política

La democracia dominicana es joven, si se la compara con las de otros países de tradición parlamentaria o que no han sufrido la tragedia de pasar por una dictadura. Pero ya tiene la suficiente experiencia como para demostrar, y así lo ha hecho, que el pueblo quiere y sabe votar.

El día de las elecciones en los últimos años, los votantes han dado lecciones de contención, orden y disciplina ciudadana.

Quizá sean los partidos políticos los que necesiten madurar y ponerse al mismo nivel que el pueblo y la democracia. Los tira y afloja con la ley de partidos, con la ley electoral, con las reformas constitucionales, con los arrastres y no arrastres... son una muestra de que los cambios de humor, los intereses partidarios de corto plazo, los amarres coyunturales, son los que mueven a los legisladores y a las cúpulas de los partidos a incidir en unos procesos que deberían estar ya definidos. Somos una democracia joven, no debería ser todavía inmadura.

No hace falta empezar de cero cada proceso, cada actor, cada aspecto de unas elecciones cada cuatro años.

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