Oficiales de más

Ahora nos vamos a rasgar las vestiduras, porque la Policía Nacional tiene muchos más oficiales que los que necesita para comandar la fuerza. Es más, hay casi tantos oficiales como rasos en la institución del orden. Una aberración.

Pero eso no es de extrañar, porque a falta de una remuneración apropiada, la única forma de conseguir un aumento de sueldo, aunque fuera macilento y breve, era a través de la promoción de rango. De ese modo, la Policía se fue llenando de oficiales, cuya característica común era el aumento de sueldo, no la preparación ni el don de mando.

El caso se volvía más grave con los oficiales superiores, pues cuando se llegaba a coronel, el único rango disponible, sobre todo cuando se comenzaba a pensar en la pensión, era el de general. En ese momento comenzaban las zancadillas y la politización para tratar de llegar a la meta lo más rápido posible.

Esos males de la Policía eran conocidos. Ojalá ahora, luego que se le haga un adecuado aumento de salario a los miembros del cuerpo, se cure la enfermedad de la Policía.