Salvados por la campana...
La renuncia de Miguel Gutiérrez a su cargo como legislador fue un alivio para un grupito de diputados
La renuncia de Miguel Gutiérrez a su cargo como legislador fue un alivio para un grupito de diputados que se tiraban el caso de mano en mano, como pelota caliente.
Nadie en la comisión de disciplina quería agarrar el chucho y se la pasaban alargando el asunto al extremo de que muchos pensaban que llegaría al 2024.
Ayer Gutiérrez renunció y se sintieron aires de alivio en la Cámara de Diputados, donde unos cuantos querían estar fríos con Dios y con el diablo.
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