Del bolsillo que a nadie le duele
Si hay vicios de construcción en el metro de Los Alcarrizos que los contratistas asuman la corrección y no el pueblo
El Espía no entiende cómo, si la extensión del metro hacia Los Alcarrizos aún no abre al público, ya muestra varillas oxidadas y filtraciones que anuncian problemas mayores.
Pero menos entiende que sea al pueblo, a través de la Opret, a quien le toque cubrir los costos de reparación. Estamos hablando de una obra de más de 500 millones de dólares que ni siquiera ha estrenado un pasajero.
Si hay vicios de construcción, corresponde al contratista asumir la corrección, no al contribuyente. El verdadero deterioro es que se normalice cargar sobre los impuestos las fallas de quienes firmaron contratos millonarios para entregar calidad.
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