El pasatiempo de cortar cintas
Inaugurar obras inconclusas sigue siendo una vieja costumbre dominicana
Inaugurar obras sin estar terminadas es ya parte del folclor dominicano. Se ha hecho y sigue haciendo porque cortar cintas es un pasatiempo que tiene antecedentes muy pero muy viejos.
Toca ahora a Las Parras, esa cárcel que ha liberado acusaciones muy duras porque fue un desastre desde su diseño hasta su terminación a medias. Podría llamársele ya la cárcel de la discordia y habrá quienes lamenten que entre sus primeros inquilinos no estén quienes se lucraron de un contrato y construcción escandalosos. Se ha olvidado un detalle: a ese esperpento fueron a parar los millones que dio la Odebrecht al país como compensación por todas sus travesuras.
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