El primer acto

El Nuncio de Su Santidad ha enviado un mensaje claro y provocador con su primer acto público, luego de su presentación en la Catedral.

Su Excelencia Jude Thaddeus Okolo fue a celebrar, con sabor haitiano, la "misa del gallo" a una parroquia, y cenó con unas monjas haitianas que tienen una casa en el barrio Capotillo.

Como mensaje de amor por los pobres está perfecto. Como mensaje de división en un momento complicado de las relaciones entre dos naciones, fue poco diplomático.

La República Dominicana mantiene relaciones diplomáticas con el Estado Vaticano. Por eso, el Nuncio es el decano del cuerpo diplomático en nuestro país. En nuestra historia, el Vaticano ha mediado en numerosos conflictos con nuestros vecinos. ¿Cuál será su actitud ahora? ¿Se está descalificando el Nuncio para actuar como "amigable componedor" entre las dos sociedades? ¿El mensaje del Nuncio es la política del Vaticano? ¿Lo es de la Iglesia dominicana?

Son todas preguntas válidas, que surgen de esta primera actuación pública del enviado del Papa.

La Iglesia es experta en humanidad, y como tal, ha sabido convivir con todos los regímenes, y sobrevivido a todos los conflictos. Las actuales diferencias con los haitianos son totalmente traídas por los cabellos, porque no se trata de quitarle la nacionalidad haitiana a nadie, sino investigar cuáles de los residentes en nuestro país califican para la nuestra. Por eso es que el mensaje poco diplomático del Nuncio es tan preocupante.

Atejada@diariolibre.com