Una mujer desnuda en el Parque Colón

Parque Colón de Santo Domingo. (Wikipedia/Mariordo (Mario Roberto Durán Ortiz))

Aquello me llenó de risa y pensamientos raros. La vi vestida con una faldita corta y estrecha y una blusita que no le cubrían los senos. Iba bailando y se las quitó despacio. Caminó de aquí para allá y todos los que la veían reían y la aplaudían. Yo estaba sentada en el Parque Colón descansando de mi caminata. Su piel y pelo oscuro, engreñado, le daban un aspecto extraño y algo conocido. Eso era ella.

Hubo un policía que la quería agarrar, pero ella corrió y corrió a todo dar, y los extranjeros que estaban cerca le pidieron que la dejara ir. Y así fue. Todo pensaron que era una loca con drogas y quería un dinerito para seguir su vida. ¡Oh mi Dios...! Aquello podía ser así: una mujer vuelta loca por usar drogas.

La vida en nuestro país ha cambiado para mal, y mucho. Uno ve por las calles cientos de mujeres y hombres vueltos una porquería y hasta acostados en las calzadas porque no tienen ni dónde ir para vivir. Pero eso se puede solucionar, ya sea por el alcalde o por el presidente.

Nosotros, los ciudadanos debemos ver aquello con una solución a nuestro paso. Dios nos ayude.