¿Limosna o robo?

A los diputados les encanta que se hable del barrilito... de los senadores.

Ellos, los diputados, manejan también cantidades extraordinarias de dinero, que no corresponden a las funciones para las que fueron elegidos, y tienen fondos sociales (¿mil millones?) para habichuelas con dulce, regalos para mamá, funditas en Navidad, mochilas para la escuela, etc... que les permiten mantener campañas electoralistas continuas en sus comunidades pagadas directamente por los contribuyentes, que por cierto, no hemos delegado en ellos nuestras obras de solidaridad.

La política de la caridad con que compran a sus electores nos empobrece a todos. Los diputados creen -cínicamente- que cuando se habla del barrilito, no nos referimos a ellos también.

La clase política maneja demasiado dinero arbitrariamente y sin control. Si las auditorías de la Cámara de Cuentas tardan entre seis y ocho años en ser reveladas.... ¿de qué sirven? y ¿por qué las engavetan por tanto tiempo? Si, además, se publican, y no pasa nada... ¿qué esperanza queda?

El PLD insiste en utilizar a los pobres como excusa para el enriquecimiento personal de sus dirigentes, mientras estrangula la poca institucionalidad que queda para perpetuarse en el poder.

Ya tienen las auditorías sobre la Superintendencia de Seguros y el Ayuntamiento del Distrito y más de 40 municipios. Empiecen a actuar, demuestren que los discursos sobre transparencia tienen propósito sincero. Y quiten del presupuesto nacional todos los "barrilitos."

Son un vulgar robo.

IAizpun@diariolibre.com