¿Inflación temporal?

República Dominicana ha sufrido una inflación que ronda el 10 por ciento entre mayo de 2020 y mayo de 2021, una realidad que ha provocado alzas considerables en los precios de los productos de la canasta básica y que, para ser justos, no es responsabilidad, en su gran mayoría, del Gobierno dominicano.

La cadena inflacionaria parte de los problemas en la producción y distribución de las materias primas a nivel global, dislocadas por la pandemia que afecta al planeta hace más de un año y que ha impedido que los países se pusieran en la misma página para responder al entorno desestabilizador causado por esta emergencia del COVID-19.

La crisis inflacionaria es un problema mundial, no particular de un entorno, y el principal causante apunta a que cada gobierno ha optado por mirar para adentro y proteger sus intereses particulares, en lugar de buscar soluciones colectivas que permitan garantizar el tráfico efectivo de materias primas, así como la posterior distribución justa de los productos que de ellas se derivan. Como es obvio en el mundo del capital, nadie quiere perder un peso en la jugada y con cada uno protegiendo su rancho, conseguir que la inflación se controle a corto plazo no será sencillo.

El Gobierno dominicano se la ha jugado bien al asumir mediante subsidios la diferencia en costos que la inflación ha creado, sin embargo, las autoridades deben echar un vistazo al tema del transporte marítimo, pues Aduanas está captando recursos excesivos que, desde diversas perspectivas, acaban aportando al incremento en precios que vemos en las góndolas de los mercados y otros rubros.

Atajar a los especuladores es otro de los desafíos que presenta el escenario actual, a lo cual se suma que el Gobierno se cuide de no acostumbrar a los productores nacionales a convertir los subsidios extraordinarios en derechos ganados, lo cual sería devastador para la economía nacional a futuro.

Al final, ¿estamos viviendo una inflación temporal? Por lo menos, a corto y mediano plazo, parece que sí. A largo plazo dependerá del COVID-19 y que no nos llevemos ninguna sorpresa con las vacunas, sumado a la buena voluntad de los mercados, porque es muy difícil lograr que los precios bajen una vez los lograron subir.

Periodista puertorriqueño y Subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue Director Asociado.