Un dato alarmante
Leí el dato alarmado y con el agrio sabor que deja el sentido de la confirmación de una impresión que se tenía desde hace tiempo. El Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) establece que al 68 % de la población dominicana no le importaría rendir la democracia ante un gobierno dictatorial que sea eficaz en su gestión.
Esa es una desgracia para cualquier democracia y muestra que la inconformidad colectiva con el sistema político actual tiene que ser atendida, antes de que ocurra un cataclismo social que provoque el ascenso al poder de un personaje con ínfulas de dictador.
La insatisfacción de la población en un sistema democrático tiene raíces en los desmanes de la clase empresarial dominante, el abuso de los políticos deshonestos y el descaro de funcionarios corruptos. Cuando esos tres sectores se pasan de la raya y no entienden que sus ansias de riqueza deben tener un límite, comienza a suceder lo que este estudio reflejó, que los ciudadanos optan por entender que el problema es la democracia y no quienes la manejan.
Son los malos manejos de las esferas de poder los que ponen la democracia en jaque, los que provocan que se pierda la fe en ella y los que alimentan figuras populistas que acaban en la cima como hijos de los excesos de esas clases dominantes.
República Dominicana está a tiempo de evitar que eso ocurra y de impedir que un populista bien alimentado salga a la calle y acabe en el Palacio Nacional. Hay que controlarse. Los ricos tienen que ponerse coto, los políticos deshonestos tienen que ser apresados y los funcionarios corruptos deben acabar en la cárcel. Estamos en la hora perfecta para cambiar el rumbo e impedir que la democracia se muera.
Ya este sistema falló terriblemente una vez en los tiempos de Grecia y Roma. Fue liquidado precisamente por las ansias de poder, el hambre de riqueza, la ineficiencia, la corrupción y, lo peor de todo, por la desidia. Cortemos la ruta que lleva a un gobierno antidemocrático. Lo digo en plural, porque es tarea de todos, no sólo del gobierno, porque ése se supone que sea “por el pueblo y para el pueblo”, no para unos pocos.
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