Buena fama o sepultura

Ante la falta de civismo y entereza personal de los que no aceptan la consecuencia de sus actos, y la insistencia en torpedear el certamen electoral por aquellos que invocando temores a una supuesta dictadura atentan contra una democracia que tanto sudor y lágrimas ha costado, me permito citar lo que sugería un filósofo ilustre para ganar buena fama, que es mejor que estatua o monumento, y no ir al zafacón de la historia: la verdadera memoria es quedar en la memoria de los hombres por las buenas obras.