Compelidos a armonizar

Danilo y Leonel marchan hacia la guerra por el camino equivocado al aparentar que no ven ni oyen lo que todo el mundo ya ha notado. Si transitan por el camino de la división o si minan el trayecto al candidato presidencial por el PLD, ya sea el propio Fernández o un delfín de Medina, pondrían a la orden del día su desalojo del Palacio Nacional. Sería un mal proceder, pues evidenciarían pérdida de sintonía con la realidad, situación que ocurre cuando se actúa primero y se espera el desastre para hablar del problema. Es algo poco común que dos líderes indiscutibles de un partido se distancien en forma definitiva sin haber diferencias políticas e ideológicas ostensibles, y sin que medien contradicciones antagónicas.