Degradando la política

En entrevista con varios prominentes dirigentes de los partidos opositores, les hice una pregunta que por elemental parecía una estupidez, una perogrullada: ¿Danilo es el presidente de la República? No lo reconocen de manera expresa, y en su discurso lo que subyace es que se trata de un presidente ilegítimo, salido de un proceso irregular. La aparente contradicción de pedir la intervención de un presidente al que no conceden la victoria, no debiera sorprender por los niveles de degradación de la práctica política. Lo que no llego a entender es que un grupo empresarial ande metido en ese berenjenal, sin exhibir el menor ánimo diferenciador, como si lo que buscara tuviera más peso que su propia imagen.