El amigo que no conozco

Referí ayer una conversación con una terapeuta amiga, que me asegura que no es difícil zafarse del bombardeo constante de noticias negativas. Sus consejos finalizaron así: “Seamos generosos y solidarios destacando lo positivo de los demás”. Y sugiere, como señal de decencia y de buenos modales, prestar completa atención al interlocutor. “Cuando dos o tres amigos estén juntos y uno de ellos esté diciendo algo para todos, vamos a escucharlo. Mirémosle a los ojos. No entablemos una conversación paralela con la persona de al lado y mucho menos comencemos a responder chats o a chequear redes. Hagamos sentir a esa persona que para nosotros es importante lo que tiene que decir”.